jueves, 28 de abril de 2016

{7 superalimentos para mejorar la dieta infantil}

Los superalimentos están llenos de nutrientes que tienen amplios beneficios para la salud. Aun si solo puedes incluir uno de estos en el plato de tu hijo, harás un bien, y puedes estar iniciando un buen hábito alimenticio que beneficiará a tu hijo por el resto de su vida.

Aguacate

Aguacate

Los aguacates son la única fruta con grasas monoinsaturadas “buenas” que pueden ayudar a reducir el “mal” colesterol que daña al corazón. El aguacate es también una gran fuente de fibra soluble, la cual ayuda a prevenir el estreñimiento. Además, está lleno de vitamina E, a la cual los científicos le atribuyen la prevención del cáncer.

Intenta machacar un aguacate con un poco de jugo de limón y yogur, y úsalo en quesadillas o tacos, o bien como un acompañamiento para vegetables crudos.

Arándanos (blueberries)

Arándanos azules (blueberries)

Los arándanos o moras azules están cargados de vitaminas, minerales y antioxidantes (substancias que a veces retrasan la liberación de químicos dañinos para las células). Los arándanos pueden reducir el colesterol, agudizar la memoria y combatir ciertos tipos de cáncer. Ya sean frescas o congeladas, estas frutitas ofrecen grandes beneficios para la salud.

"Hago un puré de arándanos y espinacas que luego agrego a tacos, hamburguesas, panqueques, galletas y pasteles de chocolate", dice Missy Chase Lapine, autora de The Sneaky Chef: Simple Strategies for Hiding Healthy Food in Kids' Favorite Meals (La chef sigilosa: estrategias sencillas para ocultar alimentos saludables en los alimentos favoritos de los niños). "Los arándanos silvestres, orgánicos y congelados son uno de los alimentos más versátiles y ricos en nutrientes que se pueden disfrazar en los platillos", dice la autora.

Avena

Plato de avena

Estos granos de sabor casi imperceptible previenen subidas y caídas en el nivel del azúcar en la sangre, te mantienen satisfecho por más tiempo y le ayudan a tu cuerpo a deshacerse del mal colesterol.
"Sirve avena en el desayuno", dice Chase Lapine. "Las hojuelas a la antigua, no las de cocido rápido, porque ofrecen más fibra y energía de larga duración. Cocínalas en leche, en vez de agua, y aderézalas con arándanos para comenzar muy bien día".

Salmón

Pedazo de salmón crudo

Este pez de agua fría contiene grasas saludables conocidas como omega-3 que pueden reducir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas. Estos nutrientes también ayudan a mejorar el estado de ánimo y a prevenir la pérdida de memoria.

"Haz tus propios deditos de pescado", recomienda la chef y autora Jennifer Iserloh. "Elige el salmón silvestre para reducir la exposición de tu hijo a substancias tóxicas como los PCB (químicos asociados al desarrollo de cáncer) y el mercurio. Los adultos también disfrutan estas tiritas ligeramente empanizadas".

Simplemente toma una libra de filetes de salmón y córtalo en tiras. Mételas en claras de huevo ligeramente batidas, luego en una mezcla de harina de maíz y pan molido con un poco de queso parmesano, sal, pimienta, pimentón, y polvos de ajo y cebolla. Cocínalas a fuego medio en una sartén ligeramente engrasada.

Espinaca

Plato con hojas de espinacas

La espinaca es una excelente fuente de hierro, calcio, ácido fólico, y vitaminas A y C, todos necesarios para el desarrollo óseo y cerebral.

"Este versátil vegetal tiene un sabor suave y se cocina en un abrir y cerrar de ojos", nota Iserloh. "Agrégalo a las sopas calientes, la salsa de tomate o las quesadillas".

Batatas

Camotes, boniatos, batatas

Los camotes están llenos de vitaminas B, C y E, así como de calcio, hierro y potasio. También son ricos en carbohidratos complejos y fibra, los cuales ayudan a la digestión.

"Los camotes previenen la baja de azúcar en la sangre, gracias a esos carbohidratos complejos", dice Chase Lapine. "También endulzan las recetas y hacen un buen trabajo reduciendo la acidez del tomate que a tantos niños disgusta en las salsas para pasta".

Yogur

Plato con yogur

Rico en calcio y una buena fuente de proteína, el yogur ayuda a fortalecer los huesos y los dientes. También puede ayudar a la digestión y a combatir las malas bacterias intestinales.

"Compra yogur natural bajo en grasa y agrégale tu propia fruta fresca o congelada", recomienda Iserloh. "De esa manera evitarás los endulzantes de los yogures con sabor. Es tan cremoso y reconfortante que a la mayoría de los niños les gusta".

Fuenteespanol.babycenter.com

{Cómo alimentar a tu niño de 3 y 4 años}

Una dieta sana y equilibrada da a tu niño todas las vitaminas y nutrientes que necesita para crecer, pero a veces puede ser difícil de lograr. No te preocupes, la mayoría de los niños pasan por una etapa donde son exigentes al comer. He aquí algunas ideas para ayudarte.

¿Cómo puedo motivar a mi hijo a que coma bien?

Mantén la calma y ofrécele a tu hijo alimentos nutritivos, pero deja que él decida cuánto va a comer. Puedes estar segura de que sabe mejor que tú cuánta comida es suficiente para él. Como regla general las porciones no deben exceder el tamaño de su puño cerrado. Mira aquí porciones adecuadas por edad.

Mantén un horario regular para las comidas y las meriendas, teniendo en cuenta las siestas de tu hijo.

Ofrece tres comidas regulares y dos o tres pequeñas meriendas nutritivas. Los siguientes son ejemplos de refrigerios nutritivos:

- fruta
- tomates cherry y cubitos de queso
- yogur con fruta
- un sandwich pequeño
- palitos de vegetales o pan con humus
- licuado de frutas y leche
- torta, bizcochuelo o pan con una taza de leche
- frutos secos

Evita darle a tu niño una comida principal justo antes de la siesta, ya que es probable que esté demasiado cansado para comer. En su lugar, dale una pequeña merienda o algo de tomar y una comida cuando se despierte.

Las meriendas que se dan equitativamente entre las comidas, ayudan a evitar las pataletas por tener demasiada hambre. Evita darle dulces o productos envasados como las papas fritas o masitas. Alguna fruta seca o galletitas de agua son un buen ejemplo.

Haz las comidas interesantes y divertidas. Los postres nutritivos son una parte valiosa de la comida; siempre incluye uno y nunca lo uses como una recompensa por comerse el plato principal. Ejemplos de postres nutritivos incluyen:

- ensalada de frutas con yogur
- arroz con leche y fruta cocida
- magdalena
- panqueque con algunos trocitos de fruta

Come con tu niño tan a menudo como sea posible, y sirve alimentos nutritivos que también quieres que él coma. Los niños aprenden el gusto por los alimentos probándolos, pero a menudo sólo probarán nuevos alimentos si ven a otras personas comerlos. Recuerda que eres su modelo a seguir y anímalo haciendo comentarios positivos acerca de los alimentos durante las comidas, tales como, "Mmm, esto está delicioso", "Mmm, las zanahorias son mis vegetales favoritos".

Los niños a esta edad tienen ya sus propios gustos respecto al sabor y la textura de los alimentos. A algunos les gusta su comida bañada en salsa, mientras que otros la prefieren seca. Hay niños a quienes les gusta que cada alimento esté separado de los demás en el plato. A muchos niños no les gusta la carne fibrosa o alimentos que sean difíciles de masticar. Respeta las preferencias de tu hijo pero no le prepares una comida completamente diferente a la del resto de la familia. Cada vez que puedas, ofrécele los mismos alimentos que los demás estén comiendo, pero asegúrate de que al menos uno de los alimentos sea algo que le gusta. Con el tiempo, los gustos cambian, así que es importante seguir ofreciéndole a tu niño todo lo que la familia coma.

¿Qué alimentos debo ofrecerle a mi pequeño?

Cada día, ofrece una variedad de alimentos de los cuatro grupos de alimentos nutritivos:

- Alimentos que contienen granos o harinas (hidratos de carbono): ofrece estos con cada comida y con algunas meriendas. Incluyen cereales de desayuno enteros y sin azúcar agregada, pasta, arroz, cous cous, papas, batatas, banana y cualquier alimento hecho con harina, preferiblemente integral, como pan, galletitas y bizcochuelo.

- Frutas y vegetales: a los niños les pueden llevar algún tiempo aprender a comer una amplia variedad, especialmente de vegetales. Sigue ofreciéndoselos en cada comida para que tu niño aprenda que siempre son parte de una comida normal.
Las frutas son a menudo más populares. Córtalas en trozos para que sean más fáciles de comer y siempre incluye frutas como parte del postre o como único postre.

- Alimentos con alto contenido de hierro y proteínas: ofrece estos en una o dos comidas cada día. Incluyen carne, pescado, huevos, nueces y legumbres. Las legumbres son alimentos como frijoles, garbanzos, humus o lentejas. Ofrece trozos suaves y tiernos de carne ya que algunos niños tienen dificultad para masticar carnes duras. Elige embutidos de buena calidad, albóndigas y hamburguesas que tengan un alto contenido de carne magra y un bajo contenido en sodio. Estos alimentos son populares y nutritivos para los niños pequeños.

Si tu familia es vegetariana, es recomendable consultar con el pediatra o con una nutricionista sobre la dieta de tu pequeño. Como está desarrollándose, es importante que su alimentación incluya todos los nutrientes necesarios para su crecimiento. Si no come carne, posiblemente el doctor recomendará que coma.

- Leche, queso y yogur: ofrece a tu niño estos alimentos al menos tres veces al día. Los productos lácteos proporcionan mucho calcio para los huesos en crecimiento, pero son extremadamente bajos en hierro. Los niños en edad preescolar necesitan menos leche que los bebés y no se les debe dar grandes biberones de leche; ofrece dos a tres vasos diarios, pero no excedas un litro de leche al día. Las grandes bebidas de leche reducirán el apetito de tu niño por otros alimentos, especialmente los más altos en hierro, y proporcionaran calorías innecesarias.

Los niños de dos años pueden seguir tomando leche entera, pero pueden cambiar a leche semi-descremada si esto es más conveniente para la familia. La leche semidescremada tiene cantidades similares de proteínas y calcio, pero es más baja en vitamina A que la leche entera. La leche descremada no debe administrarse a niños menores de cuatro años de edad. Ocasionalmente el pediatra puede recomendarla a los dos años si hay historia familiar de enfermedades cardíacas.

Podrías considerar usar una leche fortificada con vitaminas y hierro. Muchos niños en edad preescolar que son difíciles para comer no ingieren suficiente hierro y pueden presentar anemia por deficiencia de hierro.

¿Qué debe tomar mi hijo a esta edad?

Ofrécele de seis a ocho bebidas pequeñas durante el día, una con cada comida y una con cada merienda. Tu niño puede necesitar más líquidos cuando hace mucho calor o si está especialmente activo, ya que puede deshidratarse rápidamente.

Si todavía usa un biberón trata de eliminarlo y darle todas las bebidas, incluyendo la leche, en tazas y vasos. Tomar bebidas de un biberón, hace más lento el proceso de beber y prolonga la exposición a los azúcares dañinos. Esto aumenta el riesgo de caries y erosión del esmalte dental. Si no consigues quitarle el biberón durante un tiempo, asegúrate que después del biberón bebe agua para prevenir el daño dental.

La leche y el agua son las bebidas más seguras para dar entre comidas. Restringe los jugos de frutas a la hora de la comida, ya que el ácido en los jugos puede dañar los dientes cuando se bebe entre comidas o varias veces al día.

Las bebidas dulces y ácidas, como los "ponches de frutas", también causan caries si se beben con frecuencia entre las comidas y contribuyen al sobrepeso y la obesidad. Si los ofreces, dilúyelos con agua y dáselos a tu hijo sólo con poca frecuencia y únicamente a la hora de comer En realidad, es mucho mejor limitarlos al máximo, especialmente los que vienen ya preparados comercialmente.

Las bebidas deportivas no se deben dar a los niños pues tienen un alto contenido de azúcar y minerales destinados sólo para atletas muy activos.

No te pierdas nuestra guía sobre bebidas y niños pequeños.

¿Qué alimentos debo limitar?

Los alimentos altos en grasa y azúcar dan a los niños en edad preescolar un poco de energía extra, que necesitan para su crecimiento. Estos incluyen alimentos como mantequilla, margarina, aceite, pasteles, galletas y helados. Inclúyelos sólo en pequeñas cantidades. Puedes ofrecerle a tu hijo ocasionalmente como postre pastel o galletas y fruta. Si tu hijo está inactivo, por ejemplo, si pasa mucho tiempo sentado viendo la televisión, sólo debes ofrecer estos alimentos en cantidades muy limitadas. De lo contrario, puede desarrollar sobrepeso.

Para prevenir la obesidad, se recomienda también que los niños estén físicamente activos por lo menos una hora diaria y se debe limitar la televisión o las actividades sedentarias a no más de dos horas diarias.

Dulces y chocolates y otros alimentos azucarados se pueden incluir como un placer ocasional entre comidas, pero pueden dañar los dientes de tu niño si los come con frecuencia. También pueden reducir el apetito de tu hijo por los alimentos saludables además de ser grandes contribuyentes a la epidemia de obesidad que nos afecta.

- Alimentos salados

La dieta típica en Estados Unidos, y en gran parte del mundo occidental, suele tener un exceso de sal o sodio. La mayoría proviene de los alimentos procesados. El exceso de sodio puede producir problemas de salud, como hipertensión entre otros, por tanto el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos aconseja limitar la ingestión de sodio en los adultos a no más de 1 cucharadita de sal al día. En el caso de los niños, el consumo de sal en los alimentos cocinados estará marcado por el paladar de la familia, aunque es recomendable usarla con mesura. Es difícil calcular cuánto sodio contienen los alimentos, ya que algunos alimentos naturales contienen sal, pero estos consejos te ayudarán a evitar el exceso de sal:

- Mantén las papas fritas y otras meriendas saladas como un alimento ocasional; no se los ofrezcas a tu hijo más de una vez por semana

- No agregues sal a la comida en la mesa

- Usa hierbas y especias en lugar de un exceso de sal para dar sabor a los alimentos que preparas

- Mantén los alimentos procesados al mínimo y cuando puedas elegir, utiliza la variedad baja en sal

- El pescado graso, como la sardina, la caballa, el salmón, el atún fresco, la trucha y la anguila, son una buena fuente de grasas omega 3 y también de vitaminas A y D. Ofrécelos una o dos veces a la semana. Como algunos pueden contener rastros de toxinas, especialmente mercurio, que pueden acumularse en el cuerpo, es preferible limitar la frecuencia con que tu niño come pescado graso. Existe un posible riesgo de que los altos niveles de estas toxinas puedan causar problemas de salud y del desarrollo. Por este motivo, dos veces a la semana es el límite recomendado.

- Nueces

Los niños cuyos familiares sufren de fiebre del heno, asma, eczema o alergias a alimentos, no deben consumir cacahuates o mantequilla de cacahuates antes de los tres años de edad. Otros frutos secos, como las nueces, las almendras o las avellanas, están bien mientras se piquen o muelan finamente o como una mantequilla de nuez.

Los aditivos y edulcorantes que se utilizan en los alimentos han sido probados para la seguridad del consumidor adulto. Sin embargo, se deben evitar grandes cantidades de edulcorantes, que a menudo se encuentran en las bebidas. Diluye las bebidas que contienen edulcorantes con abundante agua y si se pueden evitar es mejor ya que no hay evidencia a largo plazo de que no tienen consecuencias en los niños.

- Alimentos ricos en fibra

Si todos los alimentos que sirves en una comida son integrales, tu hijo puede sentirse muy lleno antes de haber comido lo suficiente. Ofrece una mezcla de cereales y panes integrales y blancos, y poco a poco aumenta la cantidad de cereales integrales a medida que tu hijo se acerque a los cinco años de edad.

¿Qué alimentos debe evitar por completo mi niño?

Los huevos crudos o parcialmente cocidos y los mariscos pueden causar intoxicación alimenticia en los niños pequeños. Si se los ofreces, asegúrate de que estén bien cocidos. Los mariscos no se deben consumir más que una vez por semana.

Los peces grandes que viven por muchos años, como el tiburón, pez espada y pez aguja, pueden contener altos niveles de mercurio y no se les deben dar a los niños.

Las nueces enteras pueden provocar asfixia, así que no deben darse a niños menores de cinco años.

El té y el café se deben evitar, ya que reducen la absorción del hierro de los alimentos y su contenido de cafeína estimula mucho a los niños. Las colas o gaseosas dietéticas suelen tener alto contenido de cafeína y además pueden dañar los dientes, por lo que también se deben evitar.

¿Los niños pequeños necesitan suplementos vitamínicos?

El gobierno recomienda dar suplementos que contengan vitaminas A y D a los niños menores de cinco años para prevenir el raquitismo, una enfermedad de los huesos, y así asegurar su crecimiento y desarrollo normal. Esto es especialmente importante para los niños quisquillosos al comer y los de origen asiático, africano o medio oriental.

Fuenteespanol.babycenter.com

jueves, 14 de abril de 2016

{Salidas con Fran}

Mundo Cartoon
2x1 con CLN (en tu carga con la compra mínima de $150)
Sucursales:
- Tortugas Open Mall: Panamericana Km. 36,5, Tortuguitas
- Recoleta Mall: Vicente López 2050 Local 320, Recoleta, CABA
Web
Viernes y sábado: 10h a 24h
Domingo: 11h a 22h

lunes, 4 de abril de 2016

{La disciplina y sus hijos}

¿Cuál es la mejor forma de disciplinar a mi hijo?

​Uno de sus trabajos como madre o padre es enseñarles a sus hijos a saber comportarse. Ésta es una tarea que toma su tiempo, así que procure no frustrarse cuando su hijo se porte mal. En lugar de esto, aprenda modos efectivos de disciplinar al niño.

Las estrategias que funcionan

Cuando su hijo no le haga caso, ensaye lo siguiente:

1) Consecuencias naturales

Esto es dejar que el niño vea lo que pasa cuando no se porta bien (siempre y cuando el niño no corra ningún tipo de peligro). Por ejemplo, si el niño deja caer sus galletitas a propósito una y otra vez, muy pronto se quedará sin galletitas. Si tira al piso su juguete y lo rompe, ya no podrá jugar con el mismo. No pasará mucho tiempo hasta que el niño aprenda que no debe dejar caer sus galletitas y que debe ser cuidadoso con sus juguetes.

Cuando utilice este método, no se rinda ni vaya al rescate del niño (dándole más galletitas, por ejemplo). Un niño aprende mejor cuando lo hace por su cuenta.

2) Consecuencias lógicas

Esto es cuando usted tiene que actuar y crear una consecuencia. Por ejemplo, dígale al niño que si no recoge sus juguetes, usted tendrá que quitárselos por el resto del día. Al usar este método, es importante que cumpla con lo que dice. Prepárese a poner en práctica la consecuencia, pero sin gritarle al niño. Sea firme y responda calmadamente.

3) Niéguele privilegios

Esto es cuando usted le dice al niño que si no coopera, tendrá que renunciar a algo que le gusta. Los siguientes son algunos puntos para tener en cuenta al usar esta técnica.

- Nunca le quite al niño algo que realmente necesita, como una de sus comidas.
- Elija algo que el niño valore y que esté relacionado con su mal comportamiento.
- En caso de que el niño sea menor de 6 ó 7 años, esta técnica es más efectiva cuando se realiza de inmediato. Por ejemplo, si el niño se porta mal en la mañana, no le diga que no podrá ver televisión en la noche. Hay demasiado tiempo de por medio y es probable que no relacione la conducta con las consecuencias.
- Asegúrese de poder cumplir con su promesa.

4) Pausa obligada

Esta técnica resulta muy efectiva cuando el niño ha desobedecido una regla específica. Es más adecuada para los niños de 2 a 5 años de edad, pero puede usarse durante toda la niñez. Siga estos pasos para hacer que la pausa obligada sea efectiva.

- Establezca las reglas con anticipación. Decida dos o tres conductas que serán motivo de una pausa obligada y explíquelas al niño. Es posible que tenga que repetirlas a menudo.
- Elija un punto para la pausa obligada. Éste debe ser un sitio aburridor y sin distracciones, como una silla. Recuerde: la meta principal es apartar al niño para que haga una pausa y se calme. Tenga en cuenta que los baños pueden ser peligrosos y que las recámaras pueden convertirse en un buen sitio de juegos.
- Inicie la pausa obligada. Hágale al niño una advertencia (a menos de que haya sido una agresión). Si la conducta se repite, envíelo de inmediato al punto de la pausa obligada. Dígale lo que hizo mal en pocas palabras y con la menor emoción posible. Si el niño se niega a ir al sitio de la pausa obligada por su cuenta, levántelo y llévelo allí. Si no se quiere quedar en su lugar, colóquese detrás de él y sosténgalo de manera suave pero firme. Después, y sin mirarlo a los ojos, dígale: "Tienes que quedarte aquí por un rato". No lo discuta más. No responda a súplicas, promesas, preguntas, excusas o arrebatos del niño (tales como malas palabras). Un par de pausas obligadas serán suficientes para que el niño aprenda a cooperar y decida sentarse quieto por su cuenta en lugar de ser sostenido a la fuerza.
- Establezca un límite de tiempo. Una vez que su hijo se quede quieto en el sitio designado, coloque un cronómetro para que el niño sepa cuándo termina la pausa. Como regla general, se debe establecer un minuto por cada año del niño (por ejemplo, la pausa obligada para un niño de 4 años de edad debe ser de 4 minutos). Pero hasta 15 segundos a veces son suficientes. Si el niño comienza a ponerse inquieto, vuelva a colocar el cronómetro. Espere a que el niño esté quieto para volver a poner el cronómetro.
- Reanude la actividad. Cuando se acabe el tiempo, ayude al niño a reanudar sus juegos. El niño "ha cumplido" con su tiempo. No lo reprenda ni pida que se disculpe. Recuérdele que lo ama. Si necesita hablar de su comportamiento, aguarde a hacerlo más tarde.

Consejos para que la disciplina sea más efectiva

Habrá días en que parece imposible hacer que el niño se porte bien. Pero hay modos de aliviar la frustración y evitar conflictos innecesarios con su hijo.

- Sea consciente de lo que su hijo puede y no puede hacer

Cada niño se desarrolla a un ritmo diferente. Tiene sus propias fortalezas y debilidades. Cuando un niño se porta mal, es posible que simplemente no pueda hacer o que no entienda lo que usted le pide.

- Piense antes de hablar

Una vez que establece una regla o hace una promesa, sea firme. Así que sea realista con sus expectativas. Piense si algo es realmente necesario antes de decir no.

- No ceda

Si su hijo tiene una rabieta porque no le da un caramelo y usted cede para que deje de llorar, el pequeño aprenderá que éste es el modo de conseguir lo que quiere. No fomente la mala conducta cediendo a las exigencias del niño.

- Procure ser consistente

Trate de que sus reglas sean iguales todos los días. Los cambios suelen causar confusión en los niños, quienes podrían tratar de poner a prueba los límites tan sólo con el fin de saber hasta dónde pueden llegar.

- Tenga en cuenta los sentimientos del niño

Dígale, por ejemplo: "Yo sé que estás triste porque tu amigo se fue, pero de todos modos tienes que recoger tus juguetes". Fíjese si la mala conducta sigue un patrón, como cuando el niño está celoso. Hable con el niño sobre estos sentimientos en lugar de limitarse a imponerle las consecuencias.

- Aprenda de los errores —incluyendo los suyos propios

Si usted no supo manejar la situación la primera vez, no se inquiete demasiado. Piense en qué pudo haber hecho diferente y trate de hacerlo la próxima vez. Si siente que cometió un error en un momento de enojo, espere a calmarse, pídale disculpas al niño y explíquele cómo manejarán la situación en el futuro. Cumpla con sus promesas. Esto le dará al niño un buen ejemplo de cómo enmendar los errores.

- Por qué las palizas no son la mejor opción

La Academia Americana de Pediatría no recomienda que se les den palizas o golpes a los niños. A pesar de que muchos adultos que viven en los Estados Unidos recibieron palizas durante su niñez, sabemos que esto trae importantes efectos secundarios.

Aunque pareciera que una paliza inicialmente "surte efecto", ésta pierde su impacto después de un tiempo. Puesto que la mayoría de los padres no quieren dar palizas, esta técnica no suele ser consistente. Las palizas fomentan la agresión y la furia, en lugar de enseñar responsabilidad.
Aunque los padres traten de mantenerse bajo control, a menudo no pueden hacerlo y terminan por lamentar sus acciones. Las palizas pueden conducir a batallas físicas, e incluso llegar al punto de lastimar al niño.

Es cierto que muchos adultos que recibieron palizas de niños son personas equilibradas y cariñosas hoy en día. Sin embargo, las investigaciones demuestran que, comparados con los niños que no las recibieron palizas, los niños que han recibido golpes tienen una mayor tendencia a ser adultos que sufren de depresión, usan alcohol, tienen más arranques de enojo, golpean a sus propios niños, golpean a sus cónyuges y participan en actos criminales y violentos. Estos resultados tienen sentido, ya que las palizas le enseñan a un niño que es correcto ocasionarle dolor a otra persona cuando está frustrado o quiere mantener el control, incluso si se trata de un ser querido. Es muy probable que un niño no distinga entre recibir una paliza de sus padres y golpear a un hermano o a otro niño cuando no obtiene lo que quiere.

Fuente Discipline and Your Child, American Academy of Pediatrics

{13 consejos para sobrevivir los "terribles tres"}

Los llaman los terribles dos, los apacibles tres y los agradables cuatros, pero en realidad tener a un niño de tres años puede ser más difícil que uno de dos años.

Aquí le brindamos 13 consejos para que disfrute de ser padre otra vez (o por lo menos para que le ayuden a sobrevivir el día):

1) Gritar menos, amar más

Gritar debe ser la última técnica de defensa, una técnica que debe usarse cuando nada más funciona. Porque gritar puede hacerle más daño a los niños de lo que creemos —puede causar un cambio inmediato del comportamiento, pero a largo plazo puede causar un gran daño psicológico.

En lugar de gritar y de castigos fuertes, los niños necesitan de una crianza positiva para el desarrollo sano del cerebro. La Dra. Joan Luby es profesora de psiquiatría infantil y directora del Programa del Desarrollo Emocional Temprano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis. Su investigación revela que la crianza positiva de los niños pequeños en situaciones estresantes, en lugar de los regaños y el castigo corporal, está efectivamente asociada al aumento de ciertas áreas del cerebro. Si se da cuenta que le está gritando demasiado a sus niños, usted necesita otras opciones para la disciplina.

2) Identifique el comportamiento

En lugar de enojarse, identifique el comportamiento. Yo aprendí esto de Plaza Sésamo —hay una escena en donde al Monstruo de las Galletas lo acusan de mentir sobre el robo de unas galletas. Frustrado y enojado dice, "Yo soy un glotón, no un mentiroso". Si Plaza Sésamo puede usar palabras como glotonería para identificar un comportamiento, también yo lo puedo hacer. Y ahora usamos palabras como, "glotonería", "paciencia", "amabilidad" y "diligencia". Parecía raro al principio, pero ahora me encanta decirle a mi niña de 6 años de edad cuando se está burlando de sus hermanos: ¡Eso no es amable!

3) Trate de estar en sintonía con sus niños

La clave para criar niños emocionalmente sanos es estar en sintonía con ellos o saber cómo identificar sus necesidades en cualquier momento. Estar en sintonía, en resumen, es ponerse en el lugar de sus niños y luego responder a sus necesidades con la sabiduría de un padre.

Trate de identificar la raíz del mal comportamiento de su niño —por qué no se pone sus zapatos o por qué está haciendo un berrinche —y luego adapte una consecuencia apropiada.

Cuando estamos en sintonía con los niños, no usamos la técnica de tiempo fuera como una herramienta correctiva sino que, nos preguntamos el "por qué" de su mal comportamiento. Y cuando entendemos la raíz del mal comportamiento podemos responder mejor a sus necesidades, amarlos y lograr comportamientos sanos a largo plazo.

4) Brinde a su niño su atención frecuente, en dosis pequeñas

Si su niño de 3 años de edad está tratando de quitarle de sus manos el teléfono celular, golpeando el teclado mientras usted escribe o volcando la ropa que tiene apilada en la lavandería, este consejo es para usted. Es cierto que su niño de 3 años quiere que le presten atención todo el tiempo, pero eso no es posible si usted está tratando de lavar la ropa, hacer diligencias, leer su correo electrónico o mejor dicho, tener vida propia.

Tan pronto como se dé cuenta que su pequeñín está tratando de llamar su atención, bríndele su atención total por unos segundos. Mírele directamente a sus ojos, hágale algunas preguntas, escuche su respuesta. Utilice lenguaje corporal que muestre que le está poniendo atención, como dejar a un lado el teléfono. Mientras escucha sus respuestas, piense cómo reorientarlo.

5) Reoriéntelo con creatividad

Trate de reorientarlo pronto y con una voz cariñosa. Pregúntese a sí misma, "¿por qué se está portando mal el niño? ¿Qué es lo que realmente necesita?" Los comportamientos agresivos por lo general requieren un cambio de dirección físico. Por ejemplo, si un niño está arrebatando los juguetes o está gritando, puede ser que necesiten un paseo en bicicleta al aire libre por un rato. Si un niño está tirado en el piso y gimoteando (haciendo los gestos y suspiros del llanto sin llegar a él), puede necesitar un poquito de atención y alguna actividad tranquila —trate de leerle un libro.

6) Toque/acaricie a su niño de 3 años de edad varias veces al día

La mayoría de los niños de 3 años de edad necesitan de muchos abrazos, acurrucas, hasta cuando usted no tiene tiempo. Esté preparado a dejar a un lado su trabajo para abrazar a su niño, muchas veces al día. No olvide decirle con palabras, "te quiero", especialmente cuando su niño de 3 años no se está portando bien.

7) Trate de anticiparse a los infractores reincidentes

Los niños, como los adultos, tienen patrones de mal comportamiento. Hacen mal las mismas cosas, una y otra vez. ¿El niño pelea todas las mañanas sobre la ropa que se va a poner, o batalla para abrocharse el cinturón del asiento de seguridad del auto? Conozca a sus infractores reincidentes, intervenga temprano y trata de animar al niño para que tome buenas decisiones.

Yo tenía una niña de 3 años de edad que le gustaba rehusarse a abrocharse en el asiento de seguridad porque sabía que así podía controlar a toda la familia —el automóvil no arrancaba hasta que ella estuviera abrochada. Entre más se rehusaba, se enojaban más los otros niños y de esta manera se sentía poderosa. Y en buen día, camino hacia el automóvil, dije: "si todos dicen que, '¡te queremos!' tres veces, ¿puedo abrocharte en tu asiento de seguridad?" Ella dijo, "De acuerdo, pero tienen que decírmelo cinco veces". Lo hicimos y todos nos reímos. Al darle un poco de control a ella en un asunto pequeño, usted puede controlar toda la situación.

8) Fíjese expectativas claras

Escriba una lista con las reglas de la familia.

Para los niños de 3 años edad, haga una lista corta y simple. Por ejemplo:

1) usar la voz en tono afectuoso
2) obedecer a mami y papi
3) no lastimar a otras personas.

Discuta las reglas a diario y elogie su cumplimento a la hora de la cena o a la hora de dormir.

9) Enséñele obediencia

Los niños no nacen obedientes. Tenemos que enseñarles. Los niños de 3 años de edad buscan autonomía por naturaleza y lucharán contra la obediencia. El truco es enseñarles a los niños a que ellos quieran ser obedientes, que ellos recibirán muchos elogios y reafirmación positiva cuando hacen lo que usted les pide.

Para practicar la obediencia, jueguen: "Simón dice", excepto cambiándolo a "mami dice" o "papi dice". Empiece con las instrucciones típicas como, tocarse la cabeza, aplaudir con las manos y luego haga la transición a guardar los juguetes en el lugar que les corresponde.

10) Elogie el esfuerzo, no el resultado

Trate de elogiar muchas veces más que las que corrige, pero elogie siempre en el momento. Elogie el esfuerzo, no el resultado: demasiados elogios pueden también tener un efecto contrario en los logros del niño —puede fijar expectativas muy altas y llevarlos a temer el fracaso. La revista New York Times hizo un excelente resumen (en inglés) sobre importantes estudios de investigación que tratan sobre este efecto paradójico.

11) Tenga a la mano un gráfico de comportamiento para usar con calcomanías

Las calcomanías nunca serán tan poderosas como cuando su niño tiene 3 años. Disfrútelo. Consiga un gráfico/cuadro y empiece a hacerle un seguimiento a los días en que su niño de 3 años no se sale de la cama o no moja su ropa  interior durante todo el día, etc.

12) Sea consistente

Consistencia no significa castigos fuertes o gritos, quiere decir abordar con consistencia los mismos problemas de comportamiento. Si dejar los zapatos en el piso no está bien el lunes, no se los puede recoger a su niño el martes. Tampoco significa que su niño de 3 años deba ser hostigado verbalmente.
Póngase de acuerdo también con los otros proveedores del cuidado de su niño: ¿Que sistema de reafirmación positiva tienen fijado para su niño en el salón del preescolar? ¿Que sucede en la casa de la abuela? Si estos están funcionando fuera de casa, trate de usarlos también en su hogar. Las reglas en la escuela y en el hogar deben ser lo más similares posibles.

13) Cuando todo falle, recurra al "tiempo fuera"

No se enoje, sólo dígale a su pequeño desafiante que debe cumplir una pausa obligada o tiempo fuera, y si no quiere ir, llévelo directamente al lugar designado. Cerciórese de señalar con anterioridad el lugar para el tiempo fuera y trate de ser consistente respecto a este lugar. Asigne un minuto de tiempo fuera por cada año de vida o dígale que se quede en ese lugar hasta que deje de llorar y sea amable.

Mientras que su niño patalea y grita cuando lo lleva a su lugar para el tiempo fuera, dígale suavemente que lo quiere. Resiste el impulso de hacerlo entrar en razón. Él tiene 3 años. No será razonable.
Cuídese o vele por sí mismo Pida ayuda. Trate a fondo ciertas situaciones. Tome un descanso. Recuerde que pronto cumplirá los 4 años —espero que realmente sean los "agradables cuatro".

Fuentewww.healthychildren.org

{Cómo prevenir las caries en su bebé}

Los dientes de su bebé son importantes. Si los dientes del bebé se caen muy pronto, los dientes que quedan se pueden cambiar de lugar y no dejar espacio para que salgan los dientes de adulto. Además, si no se previene la caries dental, su tratamiento puede ser costoso, ocasionar dolor y conducir a infecciones que pueden poner la vida en peligro.

La caries dental (llamada caries temprana de la niñez) es la enfermedad infecciosa crónica más común de la infancia. A las caries también se les puede llamar caries por lactancia o caries de biberón del bebé.

Los buenos hábitos dentales deben empezar temprano porque la caries dental puede empezar tan pronto como aparece el primer diente. Aquí brindamos información a los padres y encargados de los niños sobre las causas de la caries dental, las señales de las caries y cómo prevenirlas.

Las causas de la caries dental en los bebés

La caries dental se desarrolla cuando la boca del bebé se infecta por una bacteria que produce ácido. Los padres y encargados de los niños pueden pasarles esta bacteria a los bebés a través de la saliva. Por ejemplo, la bacteria se propaga por la saliva al compartir cucharas o tazas, al probar los alimentos del bebé antes de dárselos y cuando los padres o cuidadores limpian los chupetes con su boca.

La caries dental también se desarrolla cuando los dientes y las encías del niño se ven expuestas a cualquier líquido o alimento que no sea el agua por periodos largos de tiempo durante el día. Los azúcares naturales o adicionados en los líquidos o alimentos se tornan en ácido por la bacteria en la boca. Este ácido disuelve entonces la capa externa de los dientes, causándoles la caries.

La forma más común de que esto suceda es cuando los padres ponen a sus niños en la cama para ir a dormir con una mamadera con fórmula, leche o jugo (aún cuando estén mezclados con agua), gaseosas, o bebidas azucaradas. También puede ocurrir cuando se les permite a los niños beber con frecuencia cualquier bebida fuera del agua de una tacita para bebé durante el día o la noche. La leche debe servirse sólo con las comidas y no durante todo el día, a la hora de la siesta o a la hora de dormir. Aunque la lactancia materna prolongada y frecuente por sí sola no causa la caries dental, todas las madres lactantes deben estar atentas y seguir las normas de higiene bucal, flúor, cuidados preventivos y recomendaciones para una dieta saludable.

Cómo prevenir la caries dental en los bebés

Adopte las siguientes medidas para prevenir la caries dental:

1) Cuide bien de su propia salud oral incluso antes de que nazca su bebé. Es importante y recomendado que vea a un odontólogo para recibir asistencia dental durante su embarazo.

2) Ya sea que usted elija amamantar o dar mamadera, es importante cuidar bien de los dientes de su bebé.

- Del nacimiento a los 12 meses: Mantenga la boca de su bebé limpia lavando las encías del bebé con una toallita o paño. Tan pronto como aparezca el primer diente, cepíllelo suavemente usando un cepillo de dientes para bebé

- De 12 a 36 meses: Cepille los dientes de su niño 2 veces al día durante 2 minutos. Los mejores horarios para el cepillado son después del desayuno y antes de ir a dormir a la cama.

- Nunca coloque a su bebé en la cama con una mamadera o con alimentos. Esto no sólo expone a los dientes de su niño a las azúcares, pero puede también poner a su niño en riesgo de contraer infecciones del oído y de sufrir de asfixia por aspiración o atragantamiento.

- No utilice una mamadera o las tazas de bebé como si fueran un chupete o deje que su niño ande por todos lados con una bebida durante largo tiempo. Si su niño quiere una mamadera o una tacita de bebé entre comidas, llénelos sólo con agua.

- Enséñele a su niño a beber de una taza normal cuanto antes, preferiblemente de los 12 a 15 meses de edad. Beber de una taza hace menos probable que el líquido se acumule alrededor de los dientes. Además, no se puede llevar una taza a la cama.

- Si su niño debe tener una mamadera o taza de bebé durante largo tiempo, llénelos de agua solamente. Mientras viaje en automóvil, ofrézcale solamente agua cuando el niño tenga sed.

- Restringa la cantidad de dulces o alimentos pegajosos que su niño come, tales como caramelos, gomitas, galletitas, etc. También contienen azúcar alimentos tales como galletitas saladas y papitas fritas. Estos alimentos son particularmente malos si su niño los come de colación todo el tiempo. Sólo deben ser consumidos durante las comidas. Enséñele a su niño a limpiar sus dientes con la lengua de inmediato para limpiar los dientes.

- Los chupetes no deben "lavarse" con la saliva de los padres. Se recomienda retirar el chupete a los dos años ya que puede generar problemas en la mordida al igual que chuparse el dedo. También es deseable no agregar a la mamadera ni al chupete azúcar, miel, gaseosas ni sustancias con azúcar ya que provocan caries a muy temprana edad.

Recuerde

La caries dental puede prevenirse. Hable con el médico de su niño u odontólogo para ver si existen señales de caries dental en los dientes del niño o si tiene preguntas sobre los dientes del niño. Con la asistencia necesaria, su niño crecerá con dientes sanos para toda la vida para muchas de sonrisas.

Fuentes: www.healthychildren.orgwww.pediatriabelgranor.com

{¿Por qué nos queremos "comer" a nuestros hijos?}

Mi suegra siempre dice una frase muy conocida y graciosa con respecto a los hijos: "Cuando son chiquitos, son divinos, ¡te los querés comer! Pero después crecen y de grandes, te preguntás: ¡¿por qué no me los habré comido?!".

La verdad es que muchos bebés y niños pequeños entran para mí en la categoría de "morfables". El mío particularmente tiene unos cachetes desproporcionadamente grandes y suavecitos que son una tentación para cualquiera. Si bien está claro que lo hacemos con cariño, son muchas las veces que nos arrebatan las ganas de morder, pellizcar o apretujar a un bebé. Y me quedo tranquila de que no soy la única a la que le pasa: hace unos años salió un estudio de la Universidad de Yale que explica que al parecer, es una respuesta común que se genera en nuestro cerebro frente a un estímulo que nos inspira mucha ternura. Sí, respondemos a la ternura con una especie de agresión controlada.

De hecho, muchas veces reaccionamos de maneras contradictorias frente a emociones fuertes, como cuando lloramos de alegría o nos reímos en momentos de tensión. Y según palabras de la investigadora de Yale, Oriana Aragón, a la revista Psychological Science, esto sucede para ayudar a mantener un equilibrio emocional: "La gente se expresa de maneras contrarias a lo que sienten para intentar recuperar un equilibrio en sus emociones. Suelen producirse estas reacciones ante situaciones que nos sobrepasan de manera positiva, y actuar así nos ayuda a volver a la normalidad emocional de manera más rápida". O sea que si no controláramos así nuestras emociones, ¿qué pasaría? ... Iríamos por la vida ¿descontroladamente felices?

Otra opinión acerca del tema me la dio la psicóloga infantil y orientadora de padres Maritchu Seitún, que destacó que una de las formas de conexión más primitivas que tenemos con el mundo es la boca y explicó: "Los bebés se llevan todo a la boca, por lo que es esperable que ante el tierno amor que despierta un bebé, y ante esa sensación de indefensión y necesidad de cuidados que nos despierta, no me sorprende que se despierte también en nosotros esa forma tan antigua de conectarse y conocer a ese bebé... a través de la boca".

Además, otra justificación para esta conducta nuestra tan extraña de morder a los bebés que encontró Maritchu, es "la tarea adulta de preparar a los bebés para tolerar y procesar estímulos cada vez más intensos y fuertes: morder a un bebé o hacerle cosquillas o tirarlo al aire son ejercitaciones de este tipo. Lo provocan para que vaya perdiendo el miedo, para que vaya tolerando esos estímulos. Es decir que son también ejercicios que tienen un sentido para el fortalecimiento y el desarrollo de la capacidad de regulación del bebé".

¿Quién hubiera dicho? Evidentemente frases tan típicas como "¡Me lo morfo!", "Ese bebé es comestible" o hasta "¡Qué delicia ese gordo!" tienen su basamento científico y psicológico y son expresiones lógicas que equilibran nuestro cerebro. ¡Menos mal! Puedo seguir pellizcando y mordisqueando tranquila los cachetes de mi niño.

Fuentes consultadas: Maritchu Seitún, Lic. en psicología y orientadora de padres y Dimorphous Expressions of Positive Emotion Displays of Both Care and Aggression in Response to Cute Stimuli, por Oriana Aragón

Fuentewww.lanacion.com.ar