Los niños de entre 1 y 3 años pueden ser melindrosos para comer. A veces les encanta un alimento en particular como espagueti, por ejemplo, y de pronto no quieren ni verlo, o deciden que aborrecen las moras sin siquiera haberlas probado.
A esta edad, los niños se están volviendo más conscientes de su capacidad para tomar sus propias decisiones, lo cual a veces frustra a sus padres. También disfrutan al pasarse de los límites que ustedes establecen para ver qué respuesta obtienen.
Aunque esto parezca imposible, la mayoría de los niños que son melindrosos para comer obtienen suficientes calorías y nutrientes de su dieta normal, así que no te preocupes pensando que tu hijo se va a morir de hambre si no tiene un paladar versátil como el tuyo.
Si está creciendo y aumentando de peso, y si no ha tenido problemas de desarrollo, significa que está bien. Asegúrate de que su dieta sea saludable y de que lo que coma no sea comida chatarra como chocolate, papitas fritas o caramelos.
Anímalo a que pruebe todo tipo de alimentos. Si se niega, no lo fuerces. Más adelante probará alimentos que antes había rehusado. Pero no dejes de ofrecérselos: si nunca le presentas una selección variada nunca aprenderá a comerlos, y la lista de alimentos que come no se hará más larga.
Fuente: espanol.babycenter.com
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