jueves, 28 de febrero de 2013

{De discusiones, diferencias y otras cuestiones}

Una cosa es la pareja y otra muy diferente, es la pareja con un bebé.

Una vez leí que un bebé se compara a una granada que se arroja a una pareja.
No creo que sea estrictamente así pero algo de dinamita hay en todo esto.

Uno se encuentra, repentinamente, tratando desde los temas más banales hasta los más serios, con una intensidad no vista antes.

Se discute por la elección del jardín maternal adonde acudirá el bebé con igual énfasis que se lo hace por ponerle al bebé un sweater o un buzo de algodón.
Se discute la forma en que se pone un pañal, la temperatura del agua para el baño.
Se discute lo obvio, lo que no lo es tanto.
Se discute lo que dijo el pediatra, las opiniones de terceros no especializados.
Se discute el futuro de la pareja.
Se discute mientras se está planteando no discutir más.

En fin, todo para a ser "discutible" como en las charlas-debate de Gran Hermano.
Un verdadero quilombo.

Para hacer frente a estas eternas discusiones, y también, para buscar alguna solución es que me compré un libro en Amazon, con un título muy gracioso ... "Cómo criar bebés y preservar el matrimonio".


De las muchas cosas útiles que he leído me quedo con la siguiente frase:

"No analice el presente ni el futuro de su pareja hasta que no haya dormido al menos 8 horas corridas durante 2 meses".

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