lunes, 31 de julio de 2017

{Alternativas cuando todo el tiempo dice "¡No!"}

Qué cabe esperar a esta edad

Los niños se vuelven inmunes al no y es posible que tengas que repetirlo diez veces antes de que tu hijo reaccione. Si intentas evitar que se meta en líos, procura enseñarle la diferencia entre el bien y el mal con un método más eficaz que la palabra “no”.

Qué puedes hacer

- Dilo con otras palabras

En lugar de decir no, dile claramente lo que sí puede hacer. En lugar de gritar: “¡No! No juegues a la pelota en la cocina”, por ejemplo, di: “¡Vamos al patio a jugar con la pelota!”. Si está en mitad de un proyecto artístico y hay pegamento por todo el piso, ayúdalo a poner periódicos debajo de su trabajo.

Esto le permite seguir ocupado en lugar de tener que dejar de hacer algo. Cuando tengas que actuar con rapidez para que no se meta en problemas, dile algo más directo como “¡para!” o “¡eso está caliente!”.

- Ofrécele opciones

Tu hijo quiere sentirse independiente y sentir que tiene las cosas bajo control, así que en lugar de responder “no” a secas cuando te dice que quiere chocolate antes de la hora de comer, ofrécele unas uvas cortadas por la mitad o rodajas de manzana. Otra alternativa es permitirle que elija una barra de chocolate que se puede comer después del almuerzo.

Si insiste en ponerse ropa no adecuada (como un traje de baño en invierno), dale a escoger entre dos prendas aceptables cada mañana. Aunque ninguna de las dos le emocione, a la larga aprenderá a aceptar las opciones que le presentas.

- Distráelo

Puedes distraer fácilmente a un niño de esta edad cuando está a punto de meterse en problemas.

Cuando en una tienda hay cosas delicadas que atraen la atención de tu hijo, rápidamente muéstrale cómo se refleja la luz en un espejo al otro lado del pasillo, o distráelo con una pregunta (“¿Te gustaría ir a ver tus primos este fin de semana?”), un juguete o un snack. Entretanto, aléjalo de las tentaciones.

Los niños más mayores son más fáciles que los pequeños a la hora de ir de compras, y también más receptivos a las distracciones: “No podemos jugar con esa muñeca de porcelana, pero podemos probar los juguetes que hay en ese lado”.

- Evita el tema

Si es posible, evita que tu hijo se meta en situaciones que te obliguen a decir no y, en lugar de eso, busca entornos seguros que fomenten su sensación de aventura y de curiosidad. Tu hogar debería estar a prueba de niños y es muy importante que mantengas tus objetos valiosos fuera del alcance de tu hijo.

Procura que juegue en lugares donde se sienta libre como el parque o el jardín de la casa, en vez de hacerlo en la sección de cristalería fina de unos grandes almacenes o la casa de la abuela. No puedes aislarlo de todas las situaciones en las que tengas que decir que no, claro, pero la vida será más fácil para ambos y podrás decir sí con más frecuencia si las limitas.

Ten en cuenta que muchos niños en edad preescolar disfrutan cuando van de compras y se portarán bien si tomas algunas precauciones. Sal de compras cuando tu hijo esté bien descansado y no prolongues demasiado el tiempo que dediques a las compras: una hora o dos en el centro comercial es más que suficiente. Si vas a comprar comida, evita la sección de los dulces.

- Ignora las infracciones pequeñas 

La vida presenta un montón de oportunidades perfectas para a enseñar disciplina a tu hijo. No te lo pongas más difícil. Si está pisando un charco y van de camino a la casa de todos modos, ¿por qué no dejarlo? Si quiere ponerse un disfraz para ir a la cama, ¿qué hay de malo?

Escoge tus batallas. Anímalo a explorar su sentimiento de aventura y diversión cuando puedas; mientras no ponga en peligro su seguridad ni te obligue a decir que no, déjalo pasar.

- Dilo con firmeza 

Cuando no haya alternativas posibles, no te desalientes. Di con firmeza (pero con calma), convicción y un rostro impasible: "¡No! ¡No le tires la cola al gato!”. Si le dices medio sonriendo: “No, no, cariño”, eso le transmite a tu hijo pequeño un mensaje contradictorio y no lo desanimará. Cuando responda, sonríele y dale un abrazo y sigue con una afirmación: “¡Sí! ¡Qué bien sabes escuchar!”.

Fuenteespanol.babycenter.com

jueves, 27 de julio de 2017

{Diez formas de ponerse de acuerdo sobre la disciplina de los niños}

Si tú y tu pareja tienen pequeñas diferencias a la hora de disciplinar a sus hijos, no tienes mucho de qué preocuparte. Los niños se pueden adaptar fácilmente a esas pequeñas diferencias. Por ejemplo, un niño sabe que mamá se molesta rápidamente cuando se le habla de mala manera, mientras que papá se vuelve loco cuando se derrama una bebida sobre la mesa.

Sin embargo, algunos investigadores indican que los niños, cuyos padres tienen estilos de crianza muy distintos, están más propensos a tener problemas de comportamiento. Si papá lo permite todo y mamá es más estricta, como un sargento, es muy probable que los niños se confundan.

Tampoco se puede esperar que tú y tu pareja actúen exactamente de la misma manera. La clave está en evitar una guerra de poder con tu pareja. 

Para ayudarte a encontrar estrategias con las que tanto tú como tu pareja estén de acuerdo, es indispensable que hablen y juntos decidan los pasos básicos que pondrán en práctica. Nuestro equipo de expertos en disciplina te ofrece los siguientes diez pasos para que tú y tu pareja puedan disciplinar a sus niños:

1. Es importante que hablen sobre cómo los disciplinaban a ustedes sus padres cuando eran niños. Es común que tendamos a repetir los métodos con los que fuimos criados así que eso les permitirá conocer mejor los estilos de crianza de cada uno.

2. Cuestiona a tu pareja sobre su forma de disciplinar , y escúchalo sin interrumpir. Sé paciente y respetuosa. Pregúntate a ti misma por qué te opones a sus métodos. ¿Qué es lo que temes que pueda ocurrir?

3. Pregúntale a tu pareja qué objeciones tiene acerca de tu manera de disciplinar.

4. Exploren todas las opciones que tienen para establecer un plan para disciplinar a sus hijos, y analicen las ventajas y desventajas de cada una. Establezcan un conjunto de normas en las que los dos estén de acuerdo. Es muy probable que tengas que revisar y ajustar las normas al cabo de algunas semanas si no están funcionando.

5. A medida que vayan probando nuevas estrategias de disciplina, resuelvan las disputas que surjan, una por una, en un lugar tranquilo y con privacidad, donde los pequeños no puedan escuchar.

6. Pónganse de acuerdo y mantengan las mismas reglas. Si los pequeños se dan cuenta que sus papás trabajan en equipo, es menos probable que los pongan en situaciones donde tengan que enfrentarse. Es muy importante que no critiques la forma de disciplinar de tu pareja, delante de los niños. 

7. Si sospechas que tu hijo está tratando de que haya un enfrentamiento entre tú y tu pareja ("Papá siempre me deja limpiar la mesa después de la película"), dile que tomarás una decisión una vez que hables con su papá. También le puedes indicar que tiene que obtener el "sí" de los dos padres antes de proceder. Y recuerda que no todas las cuestiones de disciplina requieren una respuesta inmediata.

8. Si tu pareja se desanima (aunque no estés completamente de acuerdo en cómo manejó la situación), ofrécele alicientes y apoyo. Encuentra un momento tranquilo para decirle, amablemente y sin juzgarlo, algo así como, "¡Qué difícil fue eso! Seguramente estás muy molesto. ¿Quieres que hablemos sobre ello?".

9. Si tus hijos ya van a la escuela, establezcan normas familiares claras y repásenlas con ellos para que tengan claro que ambos padres trabajan en equipo. Además, si los niños más grandes participan en la creación de las reglas, estarán más dispuestos a cooperar. Con el tiempo tendrás que revisar las normas y consecuencias para ajustarlas de acuerdo al crecimiento de tus hijos.

10. ¿Y si tu pareja se niega a hablar sobre el tema? Esa situación no es nada fácil, pero no te des por vencida. Pídele que haga una lista de los comportamientos del niño que lo vuelven loco, y que anote también las ideas que se le ocurran acerca de cómo resolverlos.

Recuerda que si siempre quieres que se haga lo que tú dices ("Sólo hay una manera de solucionarlo y tiene que ser como lo digo yo"), los dos quedarán atrapados en una zona de batalla. Mejor trata de comprender el punto de vista de tu pareja. En último caso, dale un libro o artículo sobre el tema, o solicita la ayuda de un maestro, asesor escolar o terapeuta.