jueves, 7 de marzo de 2013
{¿Cómo nos ponemos de acuerdo?}
Yo digo A, él dice Z. Yo pienso norte, él piensa sur. Y así pasan los días entre desacuerdos triviales y aquellos que no lo son tanto.
Le pido que no entre al perro y tengo que darle mis razones; que tratemos de dejar limpia la casa porque al otro día recibo visitas y veo una cara de fastidio.
Parece no entender cuánto me cuesta mantener la casa limpia y ordenada cuando paso todo el día con el bebé. Yo no le pido que lo haga él pero parece molestarle que le pida que me ayude a mantener limpio. Argumenta "tenemos dos gatos y un perro, siempre va a haber pelos". Es cierto pero se puede mantener limpio de todas formas.
A veces siento que se lo toma todo en forma personal, como si lo estuviera rechazando a él. Sólo rechazo que los animales ensucien y trato de que la casa esté limpia a pesar de ellos. Esto implica, mantener la cocina, el living, y el comedor, limpios y ordenamos. Léase, cada noche, lavar los platos, ordenar la mesa donde comemos, barrer y pasar un trapo húmedo. Me pregunto si estoy pidiendo demasiado.
Es como si no tiráramos para el mismo lado, como si siempre pensáramos distinto y siempre el choque, el enfrentamiento.
¿Cómo puede ser que tenga que explicarle por qué me pongo a pasar un trapo antes de acostarme? Por la sencilla razón de que me cuesta mucho hacerlo durante el día estando con el bebé.
Ni quiero imaginarme cómo será cuando yo vuelva a trabajar y realmente no tengamos tiempo para nada.
Me fastidia, me enoja, me entristece ...
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